La llegada de un bebé al hogar marca una serie de cambios en la decoración de nuestra casa. El principal es la creación de un cuarto para el nuevo miembro de la familia, una habitación infantil, en la que nuestro peque dormirá y jugará.
Sin embargo, esta estancia no es la única que sufrirá cambios a lo largo de los meses. El resto de cuartos de nuestra casa se irán adaptando poco a poco a las necesidades específicas de tener un nuevo miembro en casa.
Una de las estancias que debemos acomodar para la llegada del bebé es la cocina. Aunque quizás durante los primeros meses parezca no tener especial importancia, debemos ser conscientes que cuando nuestro hijo o hija empiece a gatear, la cocina deberá estar adaptada.
Estos son algunos de los consejos que te ofrecemos para decorar la cocina si tenemos un niño pequeño en casa
Extrema la limpieza
La cocina es una de las estancias de la casa que más suciedad y gérmenes acumula. Cuando tenemos un bebé en casa, debemos ser conscientes de que éste tiende a meterse objetos en la boca desde muy pequeño (en torno a los 3 meses ya son capaces de sujetar objetos) o incluso sus propias manos.
Utiliza productos desinfectantes, pero manteniendo especial cuidado a la toxicidad de éstos. También existen materiales y tratamientos anti-bacterianos; si tienes que hacer una reforma integral de la cocina, estudia la posibilidad de contar con este tipo de mobiliario.
Espacio para los gadgets del bebé
Con la llegada del bebé descubriremos como nuestra casa se llena de miles de aparatos destinados al cuidado del bebé. La cocina es una de las habitaciones que más lo notará, con productos como calienta biberones, robots de cocina o esterilizador de biberones y chupetes.
Si tu cocina no es muy grande, apuesta por modelos más pequeños, que te resultarán más cómodos.
Cuidado con las esquinas
Las esquinas y los tiradores de los muebles de la cocina son elementos de riesgo cuando nuestro peque empiece a gatear y a dar sus primeros pasitos. Evita los salientes a media altura, como baldas, y piensa en la posibilidad de cambiar los tiradores si crees que pueden suponer un peligro para tu hijo.
Pintura de pizarra
Cada vez son más los que apuestan por darle un toque diferente a su cocina y, tanto si tenemos niños como si no, la pintura de pizarra es una idea magnífica para conseguirlo. Este tipo de pintura nos permitirá convertir cualquier pared en una pizarra, con la que podamos escribir y pintar con tizas blancas o de colores. Para los padres es un espacio donde apuntar, por ejemplo, la lista de la compra; para los más pequeños es un lugar en el que divertirse pintando. Además, los niños estarán entretenidos mientras nosotros hacemos la comida, por ejemplo.
Seguros para cajones y puertas
Los niños son muy curiosos, y sienten una atracción irresistible a abrir puertas y cajones. Utilizar seguros que impidan abrir los armarios de la cocina nos ahorrará sustos, sobre todo en el armario donde guardemos los productos de limpieza.
Lo mismo ocurre con las puertas. Hazte con un tope para evitar portazos, ya que los niños suelen apoyar sus manitas en los marcos de la puerta.